Siente que tiene que esperar su momento, pero habla con la tranquilidad de que cuando eso ocurra agarrará la titularidad para no soltarla. Pagó la novatada en Ipurua, ese peaje que no suele perdonar a jugadores que llegan de la liga francesa y que se piensan que se pueden echar el balón en largo con la misma soltura que en el país vecino, que se puede marcar a un rival sólo con la mirada y que las distancias no son tan cortas. Jules Koundé (París, 12-11-98) sólo tiene 20 años, aunque por su precio se piense que se le puede exigir como si fuera Piqué o Sergio Ramos. Educado, con la cabeza bien amueblada para un chaval de su edad, se expresa en un perfecto español fruto de sus estudios en Francia. Tiene ilusiones, como todos, pero sabe convivir con la paciencia, un don invisible en fútbol como vemos todos los días.
–Es un fútbol más rápido, más técnico, más intenso, hay menos espacio, todos los equipos presionan mucho arriba y quieren jugar bien, quieren sacar la pelota bien. Creo que en Francia el fútbol es más defensivo, hay más duelos… Hay que adaptarse rápido.