Anoche en París volvió a demostrar que es un jugador que no desentona en absoluto, al contrario, se acopla a la perfección, a la orquestas que es la selección española. Además, de paso, volvió a silenciar esas críticas que su juego despierta en algunos, simplemente por no comulgar con él por motivos indeterminados. Pero en Saint Denis la selección se encontraba a la hora de partido algo embarullada y sin profundidad, carente de electricidad y con la necesidad de encontrar nuevos caminos. Y Del Bosque llamó a Jesús Navas.