Entre el minuto 25 y el 35 la efectividad ante la portería del Málaga fue perfecta. Cuatro llegadas, cuatro goles. Y el rival absorto, noqueado. El partido se presagiaba de esos trabados, que pedían una lenta maduración. Con el Málaga pertrechado muy atrás bajo un 4-5-1. Pero Sampaoli no entiende de maduraciones lentas. Va a todo trapo con su prodigioso carrusel, en el que todos se mueven y agitan hasta romper la resistencia. Para interpretar lo que pretende y está logrando el entrenador de Casilda es primordial la sincronización, por un lado, y la respuesta de sus intérpretes en calidad técnica (Nasri, N’Zonzi, Vitolo) y viveza táctica (Mercado, Iborra, Vietto, Ben Yedder). Todos se acoplaron al carrusel.
