Informe técnico: A esa altitud falta oxígeno

Ver a los atacantes del Sevilla retar a la defensa de rojo fue como ver a un saltador de altura con 2,30 metros como mejor marca personal, tratar de superar el listón de los dos 2,40 de golpe. Algo más que un reto. Casi un imposible. Fue una pena, porque a Montella le cuajó su plan inicial. Su más preciado activo, ese dúo N’Zonzi-Banega que sí tiene nivel para estas exigencias máximas, agarró el partido por las asas con firmeza. Pero Sarabia, Franco Vázquez y Correa perdieron un balón tras otro, unas veces por un mal control, otras por una mala elección y otras por su tibia calidad física ante defensores de primer nivel, como son los que posee este Bayern -Kimmich, Boateng y Hummels, titulares en la selección campeona del mundo, y Rafinha, internacional por Brasil-. Cuando subes de altitud, el oxígeno escasea. Y en el Allianz pasa eso. Sólo los elegidos, los realmente buenos, pueden jugar sin resentirse y sacar lo mejor de sí. Queda la resignación. Y el orgullo por competir hasta el último hálito de pie.

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