Entre la inquietud (por lo que aún queda por hacer) y la planificación, fútbol, olor a césped, a Nervión. Ramón Sánchez-Pizjuán. Porque el Sevilla tiene esta noche uno de esos partidos que puede marcarlo absolutamente todo. Es difícil de ver, puede ser, por la entidad del rival, por el resultado de la ida, pero sitúese en la sorpresa, que las hay y muchas en el fútbol, e imagínese un escenario desgraciado. El oxígeno viene de Europa. Demasiado en disputa. Más aún. La competición del Sevilla, el generador de sueños de tantos sevillistas desde 2006, la fórmula nervionense para crecer hasta el infinito y situarse entre los más poderosos… se reproduce ahora.