Poco a poco se va viendo en Nervión al verdadero Guilherme Arana, y ayer, en Krasnodar, el brasileño fue uno de los mejores jugadores del plantel dirigido por Pablo Machín, sumándose al ataque con suma facilidad, centrando balones francos de gol al área (que Luis Muriel no supo aprovechar) y desdoblando por banda para crear superioridad.