Joaquín Caparrós se verá obligado a variar su once donde menos le gusta hacerlo: el centro del campo. Tiene soluciones en casi todas las líneas, moviendo a jugadores de sitio -como Gabriel Mercado o Munir-, pero es en la cocina del equipo, sobre todo en la recuperación, donde el Sevilla lleva sufriendo todo el curso sin medida y no encuentra solución. La tiene y responde al nombre de Maxime Gonalons. El problema es que el francés encadena lesiones sin tiempo para coger ritmo, dos de ellas de relevancia, y no ha podido ayudar apenas a sus compañeros.
