Inamovible en la mediapunta, el Mudo ya no es ese jugador apático y lento, cualidades que se le achacaban en los últimos tiempos. El argentino da pausa y creatividad en la elaboración y, como enganche y referente de la segunda línea, está demostrando una visión más conjunta del juego, tiene mayor llegada y mira más a la portería rival, cualidades que van a su favor.