En el fútbol de hogaño el dinero manda sobre todas las cosas de una forma desmesurada. Pero el factor humano también tiene su peso. En el Sevilla, en el sevillismo, hay una fundada incertidumbre sobre el futuro inmediato de dos de sus principales figuras, Banega y Sarabia. Ambos cumplen contrato en 2020, tienen cláusulas de rescisión muy accesibles para cualquier club de peso y sus renovaciones no terminan de plasmarse por escrito. La influencia positiva del entrenador soriano en el vestuario es parte de ese factor humano que no da el dinero. El factor humano también implica la capacidad de convicción de Joaquín Caparrós sobre ambos. De hacerles ver su importancia.
