La mejor manera de escenificar lo que el Sevilla vende en la actualidad, estabilidad en sus órganos de dirección, era que las fuerzas accionariales más importantes de la sociedad flanquearan al nuevo presidente en la primera comida de Navidad sin José María del Nido. El aún máximo dirigente en funciones, José Castro, quiso dar ese mensaje de unidad en una fotografía con una importante carga de significado, junto a Roberto Alés y Rafael Carrión secundando de manera unánime su gestión. Dos ex presidentes que representaban por un lado a Sevillistas de Nervión, el colectivo que garantiza con su apoyo la continuidad del modelo de gestión pese a la abrupta salida de Del Nido de la entidad, y, por otro, al máximo accionista a título individual (a su nombre o de sus empresas) del Sevilla tras los movimientos de compra-venta de importantes paquetes en el último año.