Ser director deportivo del Sevilla no es sólo un cargo que el tiempo ha colocado en el más alto escalafón en el sentimiento de los sevillistas. Ocupar ese lugar de privilegio obliga a su poseedor a tener un conocimiento mucho más amplio de lo que describe su cargo. Es decir, en otros clubes, también en el Sevilla, como es lógico, la base de su esfuerzo es la de localizar el talento y contratarlo para el equipo en el momento preciso, cuando su precio y rendimiento sean los idóneos. Que en la balanza final el número de aciertos compense al de fiascos -todos tienen de los dos a montones en sus currículum, sobre todo de los segundos-. Y que el equipo termine siendo competitivo en la consecución de sus objetivos. Sin embargo, en Nervión se necesita entender en grandes dosis qué piensa el sevillismo y qué desea.