Tan apurado fue el día de ayer para Unai Emery que incluso pasó fatiguitas para coger el AVE que debía traer a la expedición sevillista a Zaragoza. Estudioso del fútbol como pocos, el preparador vasco aprovechó las tres horas y media de viaje para analizar junto a Monchi las características, defectos y facultades de una plantilla que todos entienden que no está dando el rendimiento que se espera de ellos.