A 5.000 kilómetros hay quien siente como en Nervión. Y lo hacen con el orgullo y el firme sentimiento de que enseñar su escudo, el del Sevilla Fútbol Club, es suficiente para encontrar un camino de esperanza e ilusión. Esta es la historia de Ahmed Al-Hashemi y sus jugadores, una crónica que se extiende mucho más allá de lo deportivo, la fórmula idílica para enriquecerse en valores en un país tan castigado como Irak.