La noche de ayer fue de infarto para todos los aficionados sevillistas, que estaban muy pendientes de un final de mercado para su equipo, que por cierto, terminaron bastante decepcionados.
A última hora, y aunque era un secreto a voces durante todo el día, el mejor jugador de la temporada pasada, fue traspasado al Benfica por 20+4 millones de euros, y paralelamente el club hacía oficial tres fichajes.
Además, se anunció otra salida más, la de Iheanacho, futbolista que ha fracasado en Nervión, convirtiéndose en uno de los fichajes más decepcionantes de la historia de la entidad andaluza. No solo no ha rendido en lo deportivo, sino que no fue incapaz de estar físicamente en forma para la élite.
Tenía varias ofertas encima de la mesa, sobre todo un interés muy fuerte del Celtic de Glasgow, pero daba la sensación de que no daba tiempo a que se llegara a un acuerdo entre los clubes y el propio delantero.
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Es por eso que el Sevilla le ofreció la rescisión de lo que le quedaba de contrato. Esto se hizo con tanta prisa y a última hora, porque no se consiguió la marcha de Álvaro Fernández, y no había sitio para inscribir a Alexis Sánchez, ya que todas las fichas estaban cubiertas.
Finalmente llegó este acuerdo con el ariete nigeriano, que permitió que el chileno fuera el último jugador inscrito en la Liga.
