Hablemos de la factura, cada vez más gravosa, que está pagando año tras año el Sevilla para su consolidación en la nobleza continental. Ese pago no figura en el libro de cuentas porque su naturaleza es mucho más delicada que el vil metal. Anida en el corazón de todos los sevillistas: la sensación, cada vez más acusada, de que los referentes son demasiado efímeros.
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Basta de comportarnos como equipos de segunda siempre obligados a vender basta ya!!!