Míchel no está cuestionado ni lo va a estar. Tiene todo el respaldo, y más, del consejo ejecutivo que encabeza José María del Nido. Pero se da la circunstancia de que el entrenador madrileño, igual que en la campaña pasada, se juega gran parte de su prestigio -sobre todo de cara a la galería- en un enfrentamiento de la máxima rivalidad. La situación deportiva por la que pasa su equipo no es ni mucho menos buena y un triunfo puede significar un poderoso respaldo a su labor, que no ha sido cuestionada aún, pero que como profesional que es, querrá enderezar precisamente en un partido especial como siempre es un derbi.