A toda su trayectoria únese en Contadero la sorprendente condición de haber sido presidente del Betis, que lo fue con veintipocos años a principios de los años 20 y a pesar de ser sevillista, y del Sevilla a lo largo del decenio de los 40, lo que constituye caso insólito pero que no era tan mayoritariamente conocido como su rareza invita a suponer. El marqués presidió el Sevilla entre el primer y el segundo mandato de Sánchez-Pizjuán, quien había sido llamado a Madrid para ejercer como federativo nacional, y con él los blancos lograron su única Liga, la de la temporada 1945-46.