Si algo he aprendido en estos últimos años de mis admirados Guardianes de la Memoria ha sido a comprender un poco mejor la forma de ser de un colectivo tan diverso como es el Sevillismo. Sé que los Guardianes hablan sobre todo de la historia de nuestro club, pero es gracias a ella como podemos saber de donde venimos, qué hemos vivido, que nos han dejado como legado nuestros antepasados y por qué somos como somos. También sé que el Sevillismo está compuesto por cientos de miles de personas, cada una de su padre y de su madre, cada una con su opinión y su modo de ver las cosas. Pero, por lo general, dentro de esa diversidad y aparte del sentimiento, tenemos algo en común. Algo que nos hace iguales. Algo que marca la forma de ser de un colectivo formado por tanta gente diferente.