«Emery lo que me dice es que no me vaya. No me quería dejar marchar. Sabía que con él había crecido un montón, que parte de mi mejor había venido gracias a él, que es cierto. Le estoy muy agradecido, creo que de los entrenadores españoles es uno de los mejores del mundo. Yo sabía que en otro lado iba a jugar y a crecer más, que en el Villarreal habría tenido más minutos y hubiera sido más importante. Nunca se sabe si en el Sevilla hubiera jugado igual, pero bueno, nunca se sabrá. No me arrepiento».