En agosto, el Sevilla ofreció 10 millones de euros, una propuesta que rechazó de plano García Pitarch, director deportivo valencianista, al entender que no era una cantidad ajustada al valor del mercado del futbolista. Además, los levantinos no querían reforzar a un rival directo. No obstante, la postura de Dani Parejo era la de marcharse por motivos personales y familiares. En Nervión su salario bajaría pero eso no importaba.
