En este fútbol moderno de toquecito y mentira, de dar naturalidad a goleadas que desprecian todo tipo de conceptos tácticos y en el que defender bien parece a veces poco menos que un pecado, el Sevilla-Manchester United se encargó de dar un baño de realidad al chamanismo futbolero. Porque el partido fue una oda al fútbol de verdad, al de pelear cada balón y al que necesita masticar con detenimiento cada jugada para lograr el premio del gol. Y el Sevilla hizo un partidazo, en ataque y en defensa, sabiendo que la eliminatoria dura 180 minutos y que todo se decidirá en Old Trafford.