Del Nido no sale de su trinchera en un mensaje algo contradictorio en la mayor. Doce meses después, más o menos, comparecía en el mismo escenario, aunque sin tener a su vera a Monchi ni a Míchel, que entonces sí lo acompañaron, para entonar un mea culpa sincero y sentido. Y no tengo ninguna duda de que el presidente sevillista no falta a la verdad, a su verdad más interna incluso, cuando califica la temporada como un fracaso sin paliativos, pero esas verdades se le vuelven en contra cuando no las acompaña de ningún tipo de penitencia de puertas para dentro.