Daniel Carriço sólo tiene fotos felices de sus casi cuatro años en el Sevilla. El portugués, titular en todas las finales de Europa League conquistadas, vive el otro lado del fútbol en su peor año como jugador andaluz. Una lesión en el tobillo, que arrastraba desde hace dos años y medio, y de la que fue intervenido en Navidad, lo ha lastrado en exceso. Ahora ve la luz al final del túnel, aunque Sampaoli, de momento, no cuente con él. Respecto a su futuro, le queda un año y le condiciona a volver a sentirse importante.
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