El central se despide del sevillismo con una sentida carta en la que explica su adiós, agradece el trato recibido y asegura que volverá, «como poco con mi bufanda y mi carnet a ver a mi equipo»
A mi querido club, a sus aficionados, y sus dirigentes, a todos los que sienten en sevillista como yo, estimados todos,
Ha llegado el momento del adiós, de salir de forma definitiva de una entidad a la que amo como cualquier sevillista. Ya sentía los colores cuando, con once añitos, empecé a viajar desde mi Lebrija a la ciudad deportiva de la carretera de Utrera a entrenar y jugar con una sola idea en la mente: llegar a debutar con MI equipo en Primera División. Llegó ese día tan esperado y mi intención fue la de asentarme en el primer equipo. La grandeza del Sevilla en el que me ha tocado jugar es tan importante, tan alto el nivel de competencia, que ya antes tuve que aceptar una cesión para tener minutos y, ahora, ha llegado el momento de salir de forma definitiva.
Soy profesional y como tal he de pensar en mi futuro, por ello tomé la decisión de no renovar con la intención de crecer como futbolista. Creía que iba a tener un tiempo para asumir mi marcha pero, cosas del fútbol, la Premier me abrió una puerta inespeada. No te ofrecen todos los días la opción de competir en la que creo es la mejor Liga del Mundo, así que por mi parte, lo tuve claro.
Quiero agradecer al Club, a sus dirigentes, que hayan permitido esta salida que al menos va a permitir también un ingreso inesperado. Pero, sobre todo, quiero agradecer al Sevilla todo lo que me ha dado, pues gracias a mi esfuerzo pero también a lo que me han enseñado desde que llegue siendo un niño soy hoy lo que soy: como futbolista y como persona.
A mi afición, qué le voy a decir. Siempre he recibido su cariño, su calor… Y más en los malos momentos. Estoy orgulloso de ser uno más de ellos. Dejo el Sevilla como futbolista, pero no como hincha. Eso no se puede dejar. Me convierto ahora en un aficionado más dispuesto a dar mi aliento allá donde esté por los colores blanco y rojo de mi Sevilla.
Quiero, con estas letras, remarcar que esto no va a ser un adiós definitivo. Es un hasta siempre o, mejor dicho, un hasta luego porque, que nadie lo dude, volveré de alguna u otra forma. No sé si como jugador, quien sabe si como técnico en el caso de que decida continuar en un futuro mi carrera de esta forma, pero, lo que es seguro, es que volveré como poco con mi bufanda y mi carnet a ver a mi equipo.
¡¡¡Viva el Sevilla!!!