El Sevilla tiene un importante problema con los descartes, ya que ninguno de los jugadores señalados para salir en este mercado, tienen mucha intención de marcharse.
Uno de los más problemáticos es el caso de Rafa Mir, que esta semana rechazó una oferta del Botafogo, pese a que cobraría 8,5 millones en tres temporadas y la entidad rojiblanca le daba facilidades para convertirse en agente libre.
La pretensión de cobrar sus dos años que le quedan en Nervión, más las altas exigencias al club brasileño, hacen que el Sevilla lo considere como un futbolista en rebeldía, amenazándolo con presionarlo ante la opinión pública.
El último club interesado en sus servicios sería el Getafe de José Bordalás, que habrá pedido expresamente su incorporación en este mercado, según ha desvelado @InformSevillaFC en la Red Social X.
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El problema en este caso es que el cuadro getafense no llegaría a las pretensiones del Botafogo y se quedaría en obtener una cesión con ficha compartida, algo a lo que actualmente no cede el Sevilla.
