Justificada o no esta inseguridad que se palpa en el ambiente del Sánchez Pizjuán, el hecho es que el portugués es el segundo portero más goleado de la Liga con 39 en los 22 partidos que ha disputado; lo que arroja una media de 1,77 tantos encajados por choque -el de Pino Montano lleva dos en un partido-.