Meses después de su llegada en enero, ya de por sí tardía y con kilos de más, resulta que con 20 años mantiene ese sobrepeso (tres kilos le sobran en estos momentos) y es de los que se desconectó claramente al ver por dónde iban los tiros de Montella. Arana va a tener que cambiar de actitud pero a la voz de ya si quiere seguir en el Sevilla el año que viene, con el director deportivo y el entrenador que sean, porque de momento es una cuestión de club, que está altamante decepcionado y preocupado con la actitud del jugador.
