A cinco días de una cita para coleccionistas, una final como la que el equipo de Montella tiene el sábado en el estadio Wanda Metropolitano, el Sevilla se mueve en terrenos inestables, de dudas, de desconfianza en algunos conceptos, de incertidumbre con respecto a la presencia en Europa la próxima temporada… Y con los problemas ante el gol como una de las dianas preferidas de los dardos a la planificación deportiva, todo se rodea para que el entrenador italiano tenga ante sí una nueva prueba, primero mañana martes ante el Deportivo en Riazor y el luego el sábado ante el Barcelona, aunque todo hace indicar que tanto las molestias anunciadas de Muriel como las de Sandro van encaminadas a preservarlos para la final.