Era obvio que el 6-4 del estreno liguero era demasiado bonito. Todos los rivales no son iguales, como tampoco es lo mismo jugar en el Sánchez-Pizjuán que en El Madrigal. El Villarreal le ofreció gratis a Sampaoli una muestra importante de lo que puede encontrarse en esos campos de España. El equipo de Fran Escribá se desfondó presionando arriba y el Sevilla, ni los jugadores ni su entrenador, encontraron alternativas para soltarse. Además, cuando lo hizo, Vietto estuvo romo y a los mediapuntas o exteriores les faltó precisión y frescura ante una bien ordenada zaga. Sergio Rico sostuvo al equipo en los peores momentos y no hubo llegada.