Quizá la situación del Friburgo, cuyo inicio de campaña no responde a la energía que tuvo para sorprender en la Bundesliga y clasificarse para Europa, le ponga un poco de sordina al triunfo de ayer del Sevilla. Pero no debería obviarse que Unai Emery, poco a poco, le está dando lo que quiere a su equipo, ya sea con Rakitic de medio centro, como ayer, o como mediapunta. El técnico guipuzcoano le ha dado pleno poder al capitán del equipo y éste responde mandando con el balón. El Sevilla superó al Friburgo en todas las fases del juego y supo madurar el partido para romperlo por dentro. Lo hizo con Rakitic, pero también gracias a la constante movilidad de sus mediapuntas, a los desmarques, al trabajo de Trochowski y la capacidad del equipo saltar líneas con balones largos. Atrás, Iborra dio el esperado equilibrio y Javi Varas apenas pasó apuros. Mejor así.
