Tras subir de la sima a la cima casi en un santiamén, el Sevilla debe aprovechar ese impulso vertiginoso del gran triunfo copero sobre el Atlético de Simeone, otrora su gran bestia negra, para pisar a fondo… pero sin descarrilar. Evitar una montaña rusa de emociones es la obligación de Vincenzo Montella, quien debe dotar del adecuado equilibrio a su equipo para que esa velocidad de crucero que ha de tomar el Sevilla para agarrarse de verdad a su objetivo en la Liga no provoque un nuevo bache de desánimo.