Eduardo Berizzo está encantado en el Sevilla. Lo está por varios factores: el ambiente de fútbol que se respira en el estadio, en la calle; la forma de trabajar de los ejecutivos y la plantilla de empleados y técnicos; el obvio salto cualitativo que da en su carrera y el reto que supone para él…; y la plantilla que le ha puesto en sus manos Óscar Arias. En el superinflado mercado actual, con ese grosero dintel de los 222 millones que el PSG ha pagado por Neymar, el Sevilla ha sabido andar uniendo su habitual línea de austeridad con una fuerte apuesta que lo sitúa en un tope histórico.
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