Todas las derrotas en el fútbol son dolorosas, pero la que se produce en un derbi sevillano y encima en tu campo, siempre hace más daño que las demás, sobre todo a la afición que lo dió todo.
Los sevillistas mantuvieron relativamente el control la primera parte, pero los errores defensivos volvieron a hacer mucho daño al equipo de Matías Almeyda, al que vimos tremendamente tocado en la rueda de prensa posterior al choque.
Le preguntaban por las soluciones y el nivel de la plantilla, no queriendo dar muchos detalles, pero dejando a la luz los pensamientos peligrosos y negativos hacia la calidad de algunos de sus jugadores.
El foco cada vez más se pone en el entrenador, dejando ya a un lado el debate con los dirigentes de la entidad, a los que ningún sevillista quiere en el club.
Dentro de la planta noble piensan que el Sevilla está perdiendo demasiados partidos, y es que ha caído ocho veces en lo que va de Liga, y cinco derrotas en los últimos seis partidos.
Muchas derrotas y demasiados goles
23 goles recibidos en 14 jornadas, 12 de esos en este último tramo, dejando solo una portería a cero. Es cierto que queda aún mucha competición y que de aquí a final de año, hay varios partidos que se pueden ganar.
La mala puntuación y las actuaciones muy mediocres de los últimos choques, hacen que se hayan activado las alarmas, hay la sensación de que el entrenador argentino ha perdido un poco el control del grupo y predicamento dentro del mismo.
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El Sevilla ahora tiene que jugar Copa del Rey frente al Extremadura, después visitar Mestalla, una final en el Ramón Sánchez-Pizjuán ante el Oviedo y por último el Santiago Bernabéu antes de finalizar el año. En esas jornadas Almeyda se juega el puesto.
