La parálisis que vive la planificación del Sevilla FC, tiene un claro culpable en los jugadores que cobran un salario no acorde a la situación financiera actual de la entidad y que además no suman en el campo.
En total, casi la mitad del gasto salarial del club está invertido en futbolistas que no tienen sitio en el once e incluso en la plantilla proyectada por Matías Almeyda y Antonio Cordón.
El que se lleva gran parte de esos 50 ‘kilos’ es Tanguy Nianzou. El francés ha pasado gran parte de sus tres años lesionado y este no podía ser menos, cayendo a las primeras de cambio.
Un jugador de cristal que supone 13 millones de euros al año, entre salario y amortización, a las arcas sevillistas.
Le sigue Marcao con 8 millones, si bien este está entrando este año en la dinámica del técnico argentino, que se ha empecinado en recuperarle, a la vista de que ningún club se hará cargo de su nómina.
Luego nos encontramos con Januzaj, con un coste de 5,5 millones, que ha entrado en su último año de contrato y que tendría un acuerdo con el Anderlecht, a la espera de obtener la carta de libertad, llevándose lo máximo posible.
Luego están los casos de Rafa Mir, Jordán e Iheanacho, que suman otros 15 millones de gasto y que se aferran a sus contratos, antes de buscar una salida a la que no dan facilidades.
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Todo ello, genera un coste anual que no puede ser asumido en la actualidad por la entidad y que le impiden salir al mercado para firmar ni tan siquiere jugadores libres o cedidos, por temor a no poder ser inscritos, una vez comience la temporada.
