La llegada de Antonio Cordón al Sevilla Fútbol Club no es un simple cambio de despacho. Es el punto de partida de una etapa en la que hay mucho en juego. El nuevo director deportivo asume un reto de dimensiones colosales, como son la reconstrucción de un equipo herido, ajustar cuentas y devolver la ilusión a una afición exigente y apasionada. En Nervión no se vive de excusas ni de recuerdos, es obligado volver al presente.
Y Cordón lo sabe.
El ex del Betis y del Mónaco se enfrenta a lo que muchos ya llaman sus “misiones imposibles”. Aunque él prefiere no dramatizar, las cifras, los plazos y las decisiones que debe tomar no le permiten margen de error. De su pulso firme dependerá gran parte del futuro inmediato del club.
Encontrar un líder y recortar sin romper el vestuario
El primer paso es elegir un entrenador que no solo conozca la liga, sino que comprenda el alma del Sevilla. Tras una temporada marcada por la inestabilidad en el banquillo, el club busca algo más que un técnico: necesita un referente. El nombre de Paco Torre ha sonado con fuerza, y encajaría en ese perfil tranquilo, pero ambicioso, capaz de construir sin urgencias y con sentido.
En paralelo, Cordón debe abordar un asunto tan delicado como ineludible, como es la reducción drástica de la masa salarial. El Sevilla necesita recortar alrededor de 40 millones de euros este verano. No es una cifra menor. Jugadores como Marcao o Nianzou, fichados con altas expectativas y sueldos considerables, no han respondido en el campo. Mantenerlos supondría un lastre económico y deportivo difícil de justificar. Encontrarles destino y cerrar operaciones beneficiosas será una tarea compleja, pero indispensable.
Vender bien, comprar mejor
Otro de los pilares de esta reestructuración pasa por acertar con las ventas. Ya no basta con desprenderse de lo que sobra; ahora hay que sacar valor de lo que brilla. El caso de Loïc Badé es paradigmático, tras su excelente rendimiento y su estreno con la selección francesa, su valor de mercado se ha disparado. Si llegan ofertas por encima de los 30 millones de euros, como se rumorea, el club tendría una oportunidad de oro para cuadrar cuentas sin renunciar al proyecto deportivo.
Pero vender con cabeza es solo la mitad del trabajo. En este entorno, el club también estudia nuevas vías de ingresos que ayuden a oxigenar las cuentas. Una de ellas, cada vez más presente en el ecosistema del fútbol europeo, son los bonos de apuestas deportivas, integrados con responsabilidad en las plataformas oficiales o asociadas al club. Más allá del debate, este tipo de acuerdos se han convertido en fuentes estables de financiación para muchos equipos, sin perder el control institucional sobre la ética del mensaje.
Por otro lado, Cordón deberá reinvertir de forma inteligente, sin caer en apuestas arriesgadas o fichajes que ilusionan poco y cuestan mucho. Ya lo ha demostrado antes, y su experiencia en contextos similares le convierte en una de las pocas certezas en un club que, hoy por hoy, necesita faros más que reflectores, como son Ferran Jutglá, el delantero catalán que resuena con fuerza por su versatilidad y potencial ofensivo.
Antonio Cordón no lo tendrá fácil, pero si logra imponer orden, método y coherencia, podría convertirse en la figura que el sevillismo necesita para volver a mirar hacia arriba. Porque en Nervión, la exigencia es permanente. Y el tiempo, como siempre, corre en contra.