Antonio Cordón y Matías Almeyda están todos los días en contacto, planificando juntos lo que será la próxima temporada, a pesar de que el entrenador argentino no llegará hasta los primeros días de julio.
Una de las primeras tareas, es ver qué jugadores de la plantilla son útiles para su forma de entender el fútbol, y cuales son los perfiles que habría que traer para reforzar el plantel.
Saúl Ñíguez, llegó el verano pasado cedido, en unas condiciones económicas muy beneficiosas para el Sevilla, ya que prácticamente tenía que asumir una parte muy baja de su sueldo, el Atlético de Madrid pagaba casi la totalidad.
El fichaje generó cierta ilusión en el sevillismo, que se acabó diluyendo, viendo el rendimiento que ofreció el ilicitano, que llevaba varias temporadas muy discretas en el equipo del Cholo Simeone.
Orta, exdirector deportivo del Sevilla, ya le comunicó al futbolista y a su agente que no se ampliaría la cesión. A pesar de eso, su representante ha llamado al Sevilla, teniendo en cuenta que ha habido un cambio en la dirección deportiva y en el banquillo, para volver a ofrecer al jugador.
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La respuesta del club ha sido negativa, valoran mucho el esfuerzo que ha hecho, ha intentado aportar al equipo, tanto dentro como fuera del campo, pero consideran que su periplo en Nervión ha terminado, y que ha sido un fracaso, como toda la temporada pasada.
