El pasado miércoles en el partido del Sevilla en Mallorca se dio una circunstancia curiosa. Hubo una mano en el área del equipo bermellón que casi pasó desapercibida.
Entre los jugadores del equipo hispalense sólo Delaney apenas protestó. La jugada siguió y el VAR no entró a valorarla. Todo lo contrario que en la supuesta mano de Fernando, muy protestada por los jugadores adversarios, que rodearon al árbitro.
Muchas veces el VAR entra a valorar jugadas si tienen repercusión en el campo, y una protesta más airada al posible penalti del Mallorca hubiera provocado parar el partido y más tiempo al VAR para juzgar la jugada.
Hay que llamar la atención del VAR para que te eche cuenta.