Pocos pueden discutir que el Getafe y el Girona son las revelaciones de la presente Liga una vez atravesado el ecuador de la competición. Pero resulta curioso dónde estaban estos dos equipos hace quince meses. Era septiembre de 2016, el cuadro catalán ganaba 0-2 en el Coliseum Alfonso Pérez y Juan Eduardo Esnáider era destituido de su cargo en el banquillo azulón. El Getafe era penúltimo en la clasificación de Segunda y Ángel Torres encargaba el proyecto a un entrenador como José Bordalás, quien a base de hacer sencillo lo que es difícil en el fútbol y conociendo los límites que cíclicamente desafiaban a un equipo como el del sur de Madrid ha transformado la historia hasta convertir al Getafe en un equipo capaz de rozar los puestos europeos en Primera División.