(5-4): Cruel castigo para una demostración ejemplar de fe y calidad

No pudo ser. Y no fue por falta de ganas, de fe y de casta. El Sevilla hizo la ejemplificación perfecta del “dicen que nunca se rinde”. Hizo una primera parte muy mala unida a una perfecta de Messi y la final pareció perdida. El 3-1 al descanso daba poco a pie a pensar en la remontada. Y menos todavía cuando nada más comenzar la segunda parte el Barcelona hizo el 4-1.

Ver Noticia

Comparte por Whatsapp esta noticia

Deja un comentario