Faltan calificativos para resaltar lo que está haciendo el Sevilla en una temporada que se vislumbraba con algunas curvas por los numerosos cambios en la plantilla y cuerpo técnico y que, sin embargo, se está desarrollando con los mismos elogios que cuando acabó en mayo alzando en Basilea la copa de la Europa League. En apenas siete meses, el tiempo que ha transcurrido entre la final ante el Liverpool y ahora, justo al empezar el parón liguero por las Navidades, el equipo se proclamó campeón de la Europa League, subcampeón de la Copa del Rey, se clasificó para los octavos de la Champions y suma 33 puntos en una temporada para enmarcar.