No debe de ser un problema físico el del Sevilla a domicilio. O sí. Quizá sea el correr tanto sin controlar los partidos la causa principal por la que el equipo de Unai Emery, a falta de dos salidas ligueras, figura con el feo cartel de ser el único de Primera División que no ha ganado ningún partido lejos de Nervión. La mejor prueba de esto es que en El Molinón el Sevilla cayó derrotado pese a correr nada menos que 122 kilómetros entre los 14 jugadores que participaron en el partido, una auténtica barbaridad, cuando la media habitual está más cercana a los 115 que a los 120. El Sporting, en un partido que fue un correcalles, incluso corrió menos: 120 kilómetros.