Sólo el Barcelona supera al Sevilla en la clasificación liguera. A falta de un partido para cerrar el presente año, el equipo de Pablo Machín se ha ganado a pulso el respeto de los rivales y lo más importante, del sevillismo. A pesar del cansancio (empezó la temporada a finales de julio) y las bajas que siguen produciéndose a cuentagotas (ayer le tocó a Kjaer), la gestión del técnico soriano es brillante. Sólo falta que la dirección deportiva fiche este invierno y le dé alternativas a Machín. Ya ha demostrado que, con lo que tiene, es capaz de mantener al equipo arriba y vivo en tres competiciones.
