Informe técnico: Mejor mordiendo que esperando

Como son tradicionalmente los derbis, pasionales, el comportamiento táctico del Sevilla fue un poco eso: impulsos, sobresaltos, fases de mayor control (sobre todo coincidentes con la presión a la salida de balón del Betis) y fases de meterse atrás, de contragolpear y de pasarlo mal al perder la iniciativa del partido. Esto último motivado claramente por la salida del campo de Banega y Franco Vázquez. La primera por un cambio obligado, pero la segunda por una decisión discutible que –es verdad– fue anterior a la aparente lesión del rosarino. Pero en líneas generales el equipo de Caparrós supo jugar sus cartas en el derbi y llevar el partido a ese ascua en el que la calidad de los suyos podía brillar. No todo es oro lo que reluce, pues el sevillismo para sonreír en este Domingo de Ramos le debe mucho a Vaclik (un titán ante Jesé) y también pasó un cuarto de hora de fatiguitas que si no llega a ser por ese zapatazo del Mudo habría tenido su peaje en el marcador y en su cuenta de puntos.

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