Vaclík y el feo sambenito de su rodilla

El internacional checo arrastra las pesadas cadenas de la sospecha sobre su rodilla derecha. «No sé por qué se habla tanto de mi rodilla», decía dolido recientemente. Desde su llegada al Sevilla el internacional checo estuvo acompañado por ese runrún. Ese rumor se recrudeció en cierta manera cuando, antes del descanso del partido en Getafe, se tocó la rodilla tras un salto para despejar un balón junto al larguero. En la segunda parte ya jugó Bono y se abrió la caja de Pandora de las especulaciones. Vaclík, que el Domingo de Pasión cumplió 31 años, edad ideal para un portero, llegó a la treintena de partidos oficiales con el Sevilla esta temporada. Su compromiso con el Sevilla, además, quedó archidemostrado ya la temporada pasada, cuando jugó ante el Madrid tras no dormir la noche anterior por un accidente doméstico de su hija. Monchi deberá buscar un portero, cierto, pero Vaclík no se va a esconder.

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