El imperial Sevilla europeo, el de la segunda época dorada y su triple corona consecutiva en la Europa League, fue dejando víctimas a su paso. Muchísimas. En el último año de Unai Emery, el de la quinta UEFA, se midió en octavos de final al Basilea, quien tenía el honor de contar con la sede de la final. No llegó, lógicamente, porque el Sevilla no tuvo piedad. Tras el 0-0 de la ida, un 3-0 contundente en Nervión. Era la primera vez que Tomas Vaclik pisaba el Sánchez-Pizjuán. La segunda fue ante el Ujpest el pasado jueves. El checo ha aterrizado en el equipo andaluz para pisar suelo europeo y hacerlo con su Rey. Apuesta a ganador. Encima, el meta huye del estereotipo futbolístico actual. Pasa sus ratos libres leyendo y estudiando español.