La crisis del Sevilla (imagino que nadie le pondrá reparos a esta afirmación) no viene de hoy, ni se solucionará con un solo movimiento en las próximas 24 horas, o en la próxima semana. No. Los resultados negativos y esa continua sensación de que la mansaión está a punto de salir en llamas se deben a varios aspectos que se inician tiempo atrás. Más de un año incluso. Ahora, cuando los puntos son esenciales para todos los equipos, se le ven las costuras a un Sevilla de planificación justita, entrenador de principios futbolísticos inquebrantables (qué daño hacen las loas a la hora de remangarse y buscar soluciones) y un club, en definitiva, en clara situación de provisionalidad. La futura venta tiene a los responsables empaquetando enseres. Da igual cuatro meses que tres años. Todo es provisional.