Hay pocas cosas más justas en la vida que recompensar a las personas que desarrollan su trabajo de forma excelente y soberbia. Que con su sapiencia y sacrificio (en horas extra) ha encumbrado a un gigante dormido a la cúspide del fútbol europeo, además de convertir a una entidad ruinosa en una empresa solvente y reconocida (no es el único responsable en esto último, lógicamente). Esta persona, en clave sevillista, no es otra que Ramón Rodríguez Verdejo.
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