Durante los últimos años, los sevillistas hemos disfrutado de grandes fichajes y jugadores que han encandilado a la afición. Pero hay un jugador cuya transformación todavía asombra al sevillismo.
Yassine Bono llegó cedido al Sevilla FC procedente del Girona, tras haber jugado 62 encuentros con el equipo catalán. Se le recuerda por un gran partido contra el Valencia en Mestalla, pero poco más. El conjunto gerundés no dudó en cederlo con una opción de compra de 4 millones de euros.
Al conjunto de Nervión llegó como suplente de Vaclik, y apenas intervino en el primer tramo del campeonato, salvo lesión del checo.
A todos se nos viene a la mente el error en el partido contra el Cluj, que casi cuesta la eliminación del que sería el sexto entorchado de la Europa League, gracias a la intervención del VAR, y la posterior declaración del cancerbero justificando el el fallo.
Pero a partir de ahí un ‘click’ que lo cambió todo. El Sevillismo temía cada vez que se acercaba el balón a la portería defendida por el marroquí. Pero poco a poco se fue ganando a Lopetegui, sus compañeros y a la hinchada, con grandes encuentros en la fase final de la UEL durante la pandemia.
La ‘oportuna’ lesión de Vaclik le dio la oportunidad de reivindicarse y bien que lo hizo. El pasado jueves alcanzó las 50 porterías a cero en 94 partidos (más del 50%) con otra gran actuación. Una trasnformación nunca vista por el sevillismo.