El mayor problema a día de hoy es cómo encarar los duelos como local, donde hace falta muy poco para dañarlo y le cuesta un mundo hacer un gol. Nada nuevo bajo el sol. Las manifestaciones públicas del entrenador vasco invitan a pensar que no medita mover demasiado el árbol. Su idea de tener el control en todo momento y conceder poco choca frontalmente con el atrevimiento necesario para sorprender a un rival que de por sí trata simplemente de no dejar ningún espacio. ¿Cómo crearlos? Arriesgando en pases que superen líneas y ofreciendo movilidad en los tres o cuatro hombres de ataque. Lopetegui dice que nones. Centros laterales y tener la suerte de que en primera o segunda jugada llegue ese ansiado gol. Previsible.