Un fichaje que prometía mucho y que espera su oportunidad

A Óliver se le quedó ese pequeño resquemor de no haber podido participar y ayudar en la conquista del título. Es como si su visión del futuro, al que miraba con ilusión, se hubiese distorsionado. Porque el centrocampista estaba señalado por muchos como el recambio natural de Éver Banega. El argentino monopolizaba el juego del Sevilla. En sus momentos bajos del curso -previo confinamiento-, le tocó a Óliver asumir la máxima responsabilidad. En el último partido con público en Nervión, ante Osasuna, fue motor del equipo. Era su momento para despegar. Este curso ha comenzado parecido a como terminó el anterior. Lopetegui no lo deja sin jugar, incluso le dio una titularidad (Cádiz), pero sin que asuma un papel protagonista. En Stamford Bridge cambió el guion del partido en el tramo final. Óliver espera su gran oportunidad.

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